jueves, 4 de enero de 2007

LAS CIGÜEÑAS DE ALCALÁ DE HENARES. UN PATRIMONIO NATURAL

LAS CIGÜEÑAS DE ALCALÁ

Alcalá de Henares, ciudad Patrimonio de la Humanidad, presenta dentro de su recinto histórico edificios que pueden ser visitados y observados por el paseante. Pero además este patrimonio cultural y artístico se encuentra estrechamente ligado a un elemento singular y emblemático de la ciudad: la cigüeña blanca.

La presencia de la cigüeña blanca sobre sus grandes nidos, construidos en aleros de tejados, espadañas o chapiteles, y sus variados comportamientos mientras permanecen en la ciudad, hacen de la visita a su casco histórico una verdadera aventura de historia y naturaleza.

La cigüeña blanca (Ciconia ciconia) es un ave migradora que, tras pasar un corto periodo de tiempo en África, regresa a Alcalá de Henares con la intención de reproducirse. Este comportamiento se ha ido modificando en los últimos años, no migrando todas al África subsahariana quedándose en el norte de África, en la Península Ibérica e incluso, algunas de ellas, en zonas muy próximas a nuestra ciudad.

Los nidos son el centro de la actividad social. Son las no migradoras las primeras cigüeñas que los ocupan, a partir de mediados de octubre. Comienza así la presencia de una de las aves más emblemáticas de Alcalá de Henares. A la ocupación por uno de los adultos le sigue el emparejamiento .

La pareja inicia unas pautas de comportamiento para reforzar sus nexos de unión y territorialidad. Es cuando pueden escucharse los característicos claqueteos de los picos conocidos como crotoreo, adornados con movimientos como echar el cuello hacia atrás.

A medida que nos adentramos en el nuevo año, enero y febrero, aumenta el celo de la pareja que se manifiesta por el inicio e incremento gradual de las cópulas. Este otro comportamiento ritualizado está basado, en la mayoría de los casos, en la disposición del macho sobre la hembra aleteando para guardar el equilibrio y así aproximar las cloacas para que se produzca la fecundación.

Pasados unos días veremos cómo uno de los adultos, el macho o la hembra, permanece tumbado de una manera continua: es la incubación. Se desarrolla desde febrero hasta mayo, por lo que la ciudad paraliza todas aquellas acciones que puedan molestar y perjudicar el desarrollo y evolución de los huevos.

El nacimiento de los pollos transcurre desde mediados de marzo a mediados de mayo, siendo en abril cuando en la mayoría de los nidos se observan pequeñas cabezas con pico negro exigiendo comida a sus padres.

Después de dos meses de estancia en el nido, tras emplumarse completamente y ejercitar sus alas, los pollos se atreven a dar sus primeros vuelos por la ciudad, aterrizando algunos de ellos en calles y patios.

Son estos jóvenes los primeros en abandonar la ciudad a finales de julio e iniciando, junto a parejas no reproductoras e inmaduros, el viaje migratorio. Los adultos seguirán cuidando sus nidos durante julio y agosto, e incluso algunos hasta principios de septiembre. Son las cigüeñas adultas africanas las primeras en irse, permaneciendo en la ciudad durante más tiempo las no migradoras. Así el periodo de no presencia de cigüeñas en Alcalá de Henares queda reducido a aproximadamente treinta días, desde mediados de septiembre hasta mediados de octubre.

2 comentarios:

Tirso dijo...

Creo que el asunto de las cigüeñas en relación con el patrimonio monumental hay que tomárselo más en serio. Los nidos de cigüeña son muy pesados y no sería la primera vez que provocan peligro de derrumbe en edificios antiguos. Es indispensable que se aligeren los nidos cuando la situación lo permita, y en muchos casos planteárse poner nidos alternativos. En muchos sitios han tenido éxito los nidos alternativos. Pese a las dudas iniciales de muchos biólogos, yo he visto como las cigüeñas se acostumbraban pronto y se reproducían perfectamente. En las ciudades habitamos los seres humanos y su utilización por fauna silvestre debe quedar siempre supeditada a ese uso; no podemos permitir que nuestro patrimonio monumental se derrumbe por permitir los pesados nidos de cigüeñas; también entiendo que las zonas silvestres son su territorio y debemos alterarlo lo menos posible.

Jorge M. Hernández dijo...

Lo que realmente es penoso es que la culpa de que nuestro patrimonio esté en ruinas y se venga abajo se le intente atribuir a cigüeñas con nidos monstruosos que ponen en peligro nuestras iglesias.
Seamos realistas si una iglesia no puede soportar el peso de un nido de cigüeña es que evidentementre está en estado de ruinas.
Y de lo que estoy completamente seguro es de que cualquier edificio puede soportar ese peso extra sin venirse abajo...¿no soporta un par de nidos de cigüeña pero si tiene que ser capaz de soportar una gran nevada por ejemplo?.
No se si me he explicado bien, pero lo único que quiero deciros es que son dos cosas completamente compatibles como ya se ha comprobado en cientos de ocasiones, es compatible mantener en buen estado nuestro patrimonio(y necesario) y que en éste se asienten colonias de cigüeñas o cernícalos primillas (que también son patrimonio de todos, un patrimonio vivo y que también depende de nosotros)

Un saludo.